La espera

La espera Lyrics

Song La espera
Artist José Luis Perales
Album En Directo 35 años
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Llegó desde muy lejos hasta el valle.
Compró una casa blanca junto al río
al pie de las montañas.
Cubiertas de rocío y perezosas
dormían las violetas
en la rivera de chopos amarillos.
Plantó en aquel rincón un sauce y un ciprés
y en la sombra fresca un avellano
en los ribazos lirios y azucenas
y en el patio naranjos.
Vistió con mil geranios los balcones
y en la puerta un rosal de rosas blancas
y se vistió su traje de domingos
y se sentó a esperarla.
Pensó que en cualquier momento, ella llegaría.
Consultaba su reloj y sonreía.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y se durmió pensando en ella, junto al fuego.
Pensó que en cualquier momento, ella llegaría.
Consultaba su reloj y sonreía.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y se durmió pensando en ella, junto al fuego.
Pasó la primavera y el verano,
las lluvias del otoño y el invierno,
la nieve en las montañas.
Entró tímidamente y sin permiso
el sol por las ventanas.
Crecía hierbabuena en el camino,
seguía en su rincón el sauce y el ciprés
y en esa sombra fresca, el avellano.
En los ribazos lirios y azucenas
y en el patio naranjos.
Aromas de geranios en los balcones
y en la puerta el rosal de rosas nuevas.
Volvió a vestir su traje de domingos,
en cada primavera.
Pensó que en cualquier momento, ella llegaría.
Consultaba su reloj y sonreía.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y se durmió pensando en ella, junto al fuego.
Pensó que en cualquier momento, ella llegaría.
Consultaba su reloj y sonreía.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y se durmió pensando en ella, junto al fuego.
Pensando que en cualquier momento, ella llegaría.
Consultaba su reloj y sonreía.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y envejeció pensando en ella, junto al fuego.
Llego desde muy lejos hasta el valle.
Compro una casa blanca junto al ri o
al pie de las monta as.
Cubiertas de roci o y perezosas
dormi an las violetas
en la rivera de chopos amarillos.
Planto en aquel rinco n un sauce y un cipre s
y en la sombra fresca un avellano
en los ribazos lirios y azucenas
y en el patio naranjos.
Vistio con mil geranios los balcones
y en la puerta un rosal de rosas blancas
y se vistio su traje de domingos
y se sento a esperarla.
Penso que en cualquier momento, ella llegari a.
Consultaba su reloj y sonrei a.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y se durmio pensando en ella, junto al fuego.
Penso que en cualquier momento, ella llegari a.
Consultaba su reloj y sonrei a.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y se durmio pensando en ella, junto al fuego.
Paso la primavera y el verano,
las lluvias del oto o y el invierno,
la nieve en las monta as.
Entro ti midamente y sin permiso
el sol por las ventanas.
Creci a hierbabuena en el camino,
segui a en su rinco n el sauce y el cipre s
y en esa sombra fresca, el avellano.
En los ribazos lirios y azucenas
y en el patio naranjos.
Aromas de geranios en los balcones
y en la puerta el rosal de rosas nuevas.
Volvio a vestir su traje de domingos,
en cada primavera.
Penso que en cualquier momento, ella llegari a.
Consultaba su reloj y sonrei a.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y se durmio pensando en ella, junto al fuego.
Penso que en cualquier momento, ella llegari a.
Consultaba su reloj y sonrei a.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y se durmio pensando en ella, junto al fuego.
Pensando que en cualquier momento, ella llegari a.
Consultaba su reloj y sonrei a.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y envejecio pensando en ella, junto al fuego.
Llegó desde muy lejos hasta el valle.
Compró una casa blanca junto al rí o
al pie de las monta as.
Cubiertas de rocí o y perezosas
dormí an las violetas
en la rivera de chopos amarillos.
Plantó en aquel rincó n un sauce y un cipré s
y en la sombra fresca un avellano
en los ribazos lirios y azucenas
y en el patio naranjos.
Vistió con mil geranios los balcones
y en la puerta un rosal de rosas blancas
y se vistió su traje de domingos
y se sentó a esperarla.
Pensó que en cualquier momento, ella llegarí a.
Consultaba su reloj y sonreí a.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y se durmió pensando en ella, junto al fuego.
Pensó que en cualquier momento, ella llegarí a.
Consultaba su reloj y sonreí a.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y se durmió pensando en ella, junto al fuego.
Pasó la primavera y el verano,
las lluvias del oto o y el invierno,
la nieve en las monta as.
Entró tí midamente y sin permiso
el sol por las ventanas.
Crecí a hierbabuena en el camino,
seguí a en su rincó n el sauce y el cipré s
y en esa sombra fresca, el avellano.
En los ribazos lirios y azucenas
y en el patio naranjos.
Aromas de geranios en los balcones
y en la puerta el rosal de rosas nuevas.
Volvió a vestir su traje de domingos,
en cada primavera.
Pensó que en cualquier momento, ella llegarí a.
Consultaba su reloj y sonreí a.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y se durmió pensando en ella, junto al fuego.
Pensó que en cualquier momento, ella llegarí a.
Consultaba su reloj y sonreí a.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y se durmió pensando en ella, junto al fuego.
Pensando que en cualquier momento, ella llegarí a.
Consultaba su reloj y sonreí a.
Se fue borrando lentamente el sol en el sendero
y envejeció pensando en ella, junto al fuego.
La espera Lyrics

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