Que dulce encanto tienen tus recuerdos Merceditas, aromada florecita amor mío de una vez. La conocí en el campo allá muy lejos una tarde, donde crecen los trigales, provincia de Santa Fe. Así nació nuestro querer, con ilusión, con mucha fe, pero no sé por qué la flor se marchitó y muriendo fue. Amándola con loco amor así llegué a comprender lo que es querer, lo que es sufrir, porque le dí mi corazón. Como una queja errante la campiña va flotando el eco vago de mi canto, recondando aquel amor. Pero a pesar del tiempo transcurrido, es Merceditas la leyenda que hoy palpita en mi nostálgica canción.