De donde nadie vuelve, yo te vi regresar. Con un sol en los labios, que te puso el mezcal. Te curé en esa casa, justo enfrente del mar. Y con la voz cansada te oí murmurar. Nada nos derribará... Cuando llegue el temblor, cuando llegue el temblor. Nadie nos separará... Cuando llegue le temblor, cuando llegue el temblor. En un bar de Oaxaca, provoqué un huracán. Lo arrojé al pacífico norte como un boomerang. Se levantó un viento frío y devastador. Que se nos llevó a ti y a mi donde nace el horror. Nada nos derribará... Cuando llegue el temblor, cuando llegue el temblor. Nadie nos separará... Cuando llegue le temblor, cuando llegue el temblor. Y desapareciste sin dar explicación. Y yo me quedé gritando al cielo, cargarás con tu cruz. Sentí escalofríos, sufrí la soledad. Frecuente a la peor calaña de esta sociedad. Nada nos derribará... Cuando llegue el temblor, cuando llegue el temblor. Nadie nos separará... Cuando llegue le temblor, cuando llegue el temblor. Te busqué en Buenos Aires, te encontré por París. Dibujando rayuelas de fuego bajo un cielo gris. Y nos desvanecimos compartiendo el vacío. Y nadie vino a rescatarnos, y nos pudo el temblor. De dónde nadie vuelve, yo te vi regresar. Con un sol en los labios que te puso el mezcal.