A mi padre, don Alejo Ya mi madre, dona Juana, Y por gusto de padrinos Amí me llaman Leonarda. He llegado a quince anos Con regalo de mi casa, Dispusieron de casarme Con un mercader de Zafra; Y yo les he respondido Que no me traten de nada, Que soy muy pequena y nina Muy pequenita y muchacha Y tengo mis ojos puestos Y entregadita a mi alma En el más bizarro mozo Que pasea la Atalaya; El mercader que lo supo Salió una noche de Zafra Para matar a mi amor Según la intención llevaba. Y yo, como leona herida Y yo, como leona brava Me puse un vestido de hombre Salí por la puerta falsa; Con mi caballo ligero Que corría que volaba, Di vueltas a la ciudad Y no pude encontrar nada. Al fin le vine a encontrar A la puerta de mi casa. En el pecho le di un tiro Que a Dios le entregó su alma. De allí me fui a Badajoz Sin reconocer ventaja Y cogí catorce ingleses Que de mí se embelesaban. De que me ven tan valiente Por capitán me nombraban. Ya camina el regimiento Que camina para Zafra. He pedido alojamiento Para quedarme en mi casa. Estando un día comiendo La patrona me miraba: -?Qué me mira usted patrona Qué me mira usted a la cara? -?Qué quiere ustes, que le mire Que le mire yo a la cara? Que esos dos hermosos ojos Son de mi hija Leonarda. -Levante la madre mía, Levante la madre amada: Dígame uste, ?don Alonso, Don Alonso dónde para? -Don Alonso se metió Predicador en la Mata. Siete anos serví al Rey Siete sin ser en campana, Siete me he de meter monja Al convento Santa Clara. Ya camina el regimiento Caminan para llevarla A meterla en un convento Entre tiros y descargas. Ya camina el regimiento Caminan para llevarla A meterla en un convento Entre tiros y descargas.