Anclado en la penumbra de la desolación, Perdido en algún sitio de la gran constelación, Sentado en mi butaca de piedra o de cartón, Allanda las llamadas de la civilización. (Estribillo) Entregado al pensamiento, a la magia, recluido en mi prisión, Absorbiendo de este mundo la belleza Y el poder de la razón, Escucho las estrella sin miedo a envejecer, El viento trae recuerdos, los recuerdos del ayer, La fuerza es mi aliada, la guardo en un caján, Batallan mis ideas mientras buscan mi canción. (Estribillo) Entregado al pensamiento, a la magia, recluido en mi prisión, Absorbiendo de este mundo la belleza Y el poder de la razón. Aqui sabréis, escuchando mis palabras, Comprenderéis lo que dice el ruiseñor, Entenderéis lo que siembra la alegría, Y sentiréis la presencia de mi Dios. Aqui sabréis, escuchando mis palabras, Comprenderéis lo que dice el ruiseñor, Entenderéis lo que siembra la alegría, Y sentiréis la presencia de mi Dios. Ermitaño... ermitaño... Ermitaño... ermitaño... Ermitaño... ermitaño... Ermitaño... ermitaño... Atrapado en mi celda, luchando por salir, Mantengo la esperanza de volver a sonreír, Despertar de mi sueño, vivir la realidad, Y enterrar los recuerdos que atormentan sin cesar. (Estribillo) Entregado al pensamiento, a la magia, recluido en mi prisión, Absorbiendo de este mundo la belleza Y el poder de la razón... Razón... (Música: Juan Garrido, Paco Butrón y Narci Lara Letra: Narci Lara)