González era un ángel menos dos alas Gonzalez era un santo por lo civil Un dandy con un ojo a la funerala Tan rojo, tan castizo y tan zascandil. Hilaba en los garitos de mala nota. Boleros de Machín con Juanín de Mieres Apurando esos whiskys en los que flotan La luna de las golfas y los crupieres. Cuando volvía del extranjero Tan forastero, A las dos no era de día, A las seis ya era de noche, Pídame un coche, Fumando espero Y le aplaudían los camareros. Otoños y otras luces, pan con verbenas Su príncipe de Gales, tan Cortefiel Tratado de urbanismo, Juan de Mairena Chicana, magdalena, tinta y papel. Verde por la vergüenza que no tenía, Hasta ayudó a Caronte a quemar sus naves, Decía que morirse no era tan grave Y agonizó en voz baja por cortesía. Cuando volvía del extranjero Tan forastero, A las dos no era de día, A las seis ya era de noche, Pídame un coche, Fumando espero Y le aplaudían los camareros.